jueves, 12 de febrero de 2009

Metal-rose y la costumbre de soñar

Nuevamente el estruendo del reloj despertador me regresa a la infamia de la mañana. A regañadientes despojo mi cuerpo de la cobertura de las cobijas y me levanto, esforzando mis movimientos para que el pie derecho sea el primero que toque el piso. Enciendo la radio, hablan de muertes, de reclamos, de un gol en el último minuto, del minuto de Dios, de Dios y su libro, del libro que se leyó, del que leyó y no entendió, del que entendió y no dijo nada, de la nada y el todo, del todo y el caos, del caos y el tráfico, del tráfico y las vías, de las vías y el camino, del camino y del caminante, del cantante, del burro, del buey y del perro, del perro y la perra, de ella y de sus pretendientes, de ellos y sus fantasías, de los deseos y de la manzana, de la serpiente y el camello, del desierto, del vino y el tinto, del café y de Juan, de él y de su novia, de la novia y su silencio, del silencio y su desprecio, de la tristeza y las lágrimas, del río y la montaña, del bosque y la silicona, del implante, de la pucheca, la nalga y la teta, del tipo y el niño, del niño y el yoyo, del yo y del tú, del tú y de ti, y entonces me acuerdo de la mirada de tus ojos que quedó atrapada en la foto que veo cada mañana al despertar y que cuando despierto no es cuando abro los ojos sino cuando ingreso a tu blog.

Me ducho, me baño, me aseo. Me limpió, me arreglo y el espejo me escupe que arreglo no tengo. Me visto, me peino, me lustro y zapatos me pongo. Un pan me como y medio pocillo de chocolate frío me tomo. Me cepillo los dientes, me miro y con el tumbao que tienen los que escriben al caminar, salgo de la casa, muerto de frío, de ese frío que me dice que en las nubes de mi mundo tú estás.
-
Atravieso la ciudad, embutido y encorvado en un busecito y pienso que de tener el carro rojo tal vez la bella doncella en mi se podría fijar, pero vuelvo a pensar y digo que no necesito de carros, pues con las meras palabras a ella la voy a conquistar. Y que no la he visto, que no se sabe como es por detrás, que tal vez es muy baja o una loca de atar, pero a mi no me importa, porque el oso de felpa con el que duermo me enseñó a soñar y soñando sueño con que tus besos algún día me darás y me elevaré hasta el cielo y nuestro amor nunca terminará.

Casi voy a llegar y una joven muy bella con su gran trasero no me deja bajar, le pido permiso y sin culpa su cola yo alcanzo a rozar, me avergüenza por lo que de mi pueda pensar, me excuso y ella sonriente me permite pasar. En la calle me fundo con la gente y de la gente sus caras me pongo a mirar. Sus rostros no me gustan, yo solo quiero el tuyo admirar, con las mejillas rosadas y esa sonrisa que el día en que te conozca me brindarás. Porque desde este blog, me toca como el oso de felpa, soñar, soñar y soñar…

5 comentarios:

Nightwriter dijo...

Bonitas palabras. Es una hermosa sonata de sensaciones ambivalentes, de un caballero soñador.
Que vuelen las palabras, y de las palabras los imaginarios hechos...... que bonito es soñar, que bonito es que los compartas con tus lectores, ojalá los hagas realidad ♥♥♥

Saludos!

DoctoraCapital dijo...

En serio que son bellas tus pablabras caballero. Y con ese fraseo corto y rítmico que me envuelve en tu canción leí y releí porque es tu mañana y tu día a día.
Dichosos aquellos que pueden escribir como tu lo haces.
Ojo, no hay que parar de soñar nunca, porque nos envejecemos antes de tiempo, y con excusas inutiles.
Un beso y un abrazo

Coffee Maker dijo...

Que bonita esa inspiración. Aunque al principio sentí por ritmo una extrañeza entre la mezcla del vrso y la prosa. Pero bacano.

El peregrino dijo...

Excelente relato. Estaba esperando algo así, desde que visito este blog. Por eso me animo a dejarle un comentario.
La parte donde describe lo que escucha en la radio está muy bien lograda.
Visitaré más y recomendaré.

Unknown dijo...

Caballero, a pesar de la imposibilidad de quedarse bajo las cobijas, es una mañana bien lograda...

Yo prefiero dormir en el día que en la noche, me encanta que la luz atraviese mis párpados por que eso hace más claros mis sueños, me gusta el calor del letargo exagerado y la fiebre por el exceso de cobijas. Para escribir, nada como las madrugadas frías que lo dejan a uno sin pellejo.

Sin embargo... NOOOOOOOOOOOO QUIEROOOOOO SABEEEEEEEEEEEER NADA DE NINGÚN COMPLOT ASESINO... mis todopoderosos poderes impediran que cualquier acción encaminada al daño emocional o físico del depositario de mis cariños se lleve a cabo. He dicho.

Jejejeje... saludos