He tomado la costumbre de mirar por la ventana. Dejo que el tiempo se pasee por encima de mi cabeza y me dejo llevar por la imagen abstracta de la calle. Hay un mundo de gente ahí afuera, todos con la cara seria y la ropa interior impregnada de olores. ¿Y yo? Yo no existo, yo sólo observo desde la ventana.
La verdad, quisiera escribir algo más positivo, tal vez algo cómico que lograra robarle alguna sonrisa a mis lectores, pero en esta ocasión las palabras no me salen, parece que se han hundido en las arenas movedizas de mi tristeza.
No tengo un motivo claro que determine la melancolía que me inunda. De pronto es el anhelo de mostrarme débil y alejarme por completo del estereotipo de "macho alfa dominante" que tanto furor tiene en esta sociedad, ese que nunca he sido y nunca seré.
Creo que ese es un buen tema para hoy: el macho.
Había en la universidad un espécimen masculino, con graves síntomas de alopecia, un cuerpo tan delgado como una modelo europea y las orejas grandes como antenas parabólicas. Cualquiera diría que es un perdedor, pero no, la seguridad en sí mismo y su histriónica habilidad para el baile le conferían un aire encantador que, sumado a su excelente capacidad para envolver con la palabra, lo convertían en todo un conquistador de corazones, el típico Don Juan criollo.
También he conocido de varios casos en los que alguna que otra bella señorita ha sabido entregar su amor al más extrovertido, dinámico, vivaz y macho del paseo. Aquel que se emborracha todos los viernes, el que no tiene lío en estar con una y con la otra. El popular perro canequero.
Igualmente, se ven casos en los que el gordito bonachón, de piernas cortas y manos rollizas logra el disfrute del amor de esa doncella de senos enciliconados, pelo tinturado de amarillo encendido, liposucción en el abdomen y un nombre al estilo Yursneidy.
En los tres casos anteriores, hay un común denominador: el macho. Los tres, son seres listos, muy seguros, de voz gruesa y actitud arrolladora. Los tres aman el trago, la rumba, las groserías y, por lo general, tienen un aspecto físico burdo sin mayor beneficio estético más allá de su apariencia tosca. Los tres tienen el morbo a flor de piel. Los tres estarían dispuestos a agarrarse a golpes con el que sea, solo porque los miró mal. Los tres son listos, pero no inteligentes.
Por alguna extraña razón, muchas mujeres (no estoy diciendo todas, solo hablo de un segmento que podría ser minoritario) terminan seducidas y entregadas a este tipo de hombres, sin importar si las tratan bien, si las valoran por lo que son y no por su físico, si les son fieles, ellas estarán ahí con ellos, abnegadamente. Por el contrario, si el que logra el amor de una de estas damas, no es un "macho alfa dominante", sino un tipo común, de físico aceptable, con un trabajo, una vida de familia, con aspiraciones, con un juicio que parece irreal, este pobre está condenado o a ser dejado o a ser cachoneado con alguno de los tres primeros.
Pd. Las relaciones interpersonales son muy complejas. Creo que el reto es encontrar a esas personas únicas que no se dejan llevar por los estereotipos ni las que buscan la seguridad en la pareja. El reto es encontrar a ese alguien capaz de pintar tu mundo de colores, esa persona con la capacidad de soñar y de creer en la fantasía, esa persona que cree en lo eterno, en los duendes, en las hadas, en el niño Dios y hasta en el Grich, conocen a alguien así?
La verdad, quisiera escribir algo más positivo, tal vez algo cómico que lograra robarle alguna sonrisa a mis lectores, pero en esta ocasión las palabras no me salen, parece que se han hundido en las arenas movedizas de mi tristeza.
No tengo un motivo claro que determine la melancolía que me inunda. De pronto es el anhelo de mostrarme débil y alejarme por completo del estereotipo de "macho alfa dominante" que tanto furor tiene en esta sociedad, ese que nunca he sido y nunca seré.
Creo que ese es un buen tema para hoy: el macho.
Había en la universidad un espécimen masculino, con graves síntomas de alopecia, un cuerpo tan delgado como una modelo europea y las orejas grandes como antenas parabólicas. Cualquiera diría que es un perdedor, pero no, la seguridad en sí mismo y su histriónica habilidad para el baile le conferían un aire encantador que, sumado a su excelente capacidad para envolver con la palabra, lo convertían en todo un conquistador de corazones, el típico Don Juan criollo.
También he conocido de varios casos en los que alguna que otra bella señorita ha sabido entregar su amor al más extrovertido, dinámico, vivaz y macho del paseo. Aquel que se emborracha todos los viernes, el que no tiene lío en estar con una y con la otra. El popular perro canequero.
Igualmente, se ven casos en los que el gordito bonachón, de piernas cortas y manos rollizas logra el disfrute del amor de esa doncella de senos enciliconados, pelo tinturado de amarillo encendido, liposucción en el abdomen y un nombre al estilo Yursneidy.
En los tres casos anteriores, hay un común denominador: el macho. Los tres, son seres listos, muy seguros, de voz gruesa y actitud arrolladora. Los tres aman el trago, la rumba, las groserías y, por lo general, tienen un aspecto físico burdo sin mayor beneficio estético más allá de su apariencia tosca. Los tres tienen el morbo a flor de piel. Los tres estarían dispuestos a agarrarse a golpes con el que sea, solo porque los miró mal. Los tres son listos, pero no inteligentes.
Por alguna extraña razón, muchas mujeres (no estoy diciendo todas, solo hablo de un segmento que podría ser minoritario) terminan seducidas y entregadas a este tipo de hombres, sin importar si las tratan bien, si las valoran por lo que son y no por su físico, si les son fieles, ellas estarán ahí con ellos, abnegadamente. Por el contrario, si el que logra el amor de una de estas damas, no es un "macho alfa dominante", sino un tipo común, de físico aceptable, con un trabajo, una vida de familia, con aspiraciones, con un juicio que parece irreal, este pobre está condenado o a ser dejado o a ser cachoneado con alguno de los tres primeros.
Pd. Las relaciones interpersonales son muy complejas. Creo que el reto es encontrar a esas personas únicas que no se dejan llevar por los estereotipos ni las que buscan la seguridad en la pareja. El reto es encontrar a ese alguien capaz de pintar tu mundo de colores, esa persona con la capacidad de soñar y de creer en la fantasía, esa persona que cree en lo eterno, en los duendes, en las hadas, en el niño Dios y hasta en el Grich, conocen a alguien así?
Pd2: El agradecimiento va para Pepa, Quime Atópica, Doc Capital y Tuchis, quienes, en la ánterior entrada, han dado valor a mis palabras y, por lo tanto, a mi existencia.